La Biblia Reina Valera

Salmos 43

Salmos

Indice

Capítulo 44

1

  OH Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos han contado, La obra que hiciste en sus días, en los tiempos antiguos. 

 


2

  Tú con tu mano echaste las gentes, y los plantaste á ellos; Afligiste los pueblos, y los arrojaste. 

 


3

  Porque no se apoderaron de la tierra por su espada, Ni su brazo los libró; Sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, Porque te complaciste en ellos. 

 


4

  Tú, oh Dios, eres mi rey: Manda saludes á Jacob. 

 


5

  Por medio de ti sacudiremos á nuestros enemigos: En tu nombre atropellaremos á nuestros adversarios. 

 


6

  Porque no confiaré en mi arco, Ni mi espada me salvará. 

 


7

  Pues tú nos has guardado de nuestros enemigos, Y has avergonzado á los que nos aborrecían. 

 


8

  En Dios nos gloriaremos todo tiempo, Y para siempre loaremos tu nombre. (Selah.) 

 


9

  Empero nos has desechado, y nos has hecho avergonzar; Y no sales en nuestros ejércitos. 

 


10

  Nos hiciste retroceder del enemigo, Y saqueáron nos para sí los que nos aborrecían. 

 


11

  Pusístenos como á ovejas para comida, Y esparcístenos entre las gentes. 

 


12

  Has vendido tu pueblo de balde, Y no pujaste en sus precios. 

 


13

  Pusístenos por vergüenza á nuestros vecinos, Por escarnio y por burla á los que nos rodean. 

 


14

  Pusístenos por proverbio entre las gentes, Por movimiento de cabeza en los pueblos. 

 


15

  Cada día mi vergüenza está delante de mí, Y cúbreme la confusión de mi rostro, 

 


16

  Por la voz del que me vitupera y deshonra, Por razón del enemigo y del que se venga. 

 


17

  Todo esto nos ha venido, y no nos hemos olvidado de ti; Y no hemos faltado á tu pacto. 

 


18

  No se ha vuelto atrás nuestro corazón, Ni tampoco se han apartado nuestros pasos de tus caminos. 

 


19

  Cuando nos quebrantaste en el lugar de los dragones, Y nos cubriste con sombra de muerte, 

 


20

  Si nos hubiésemos olvidado del nombre de nuestro Dios, O alzado nuestras manos á dios ajeno, 

 


21

  ¿No demandaría Dios esto? Porque él conoce los secretos del corazón. 

 


22

  Empero por tu causa nos matan cada día; Somos tenidos como ovejas para el matadero. 

 


23

  Despierta; ¿por qué duermes, Señor? Despierta, no te alejes para siempre. 

 


24

  ¿Por qué escondes tu rostro, Y te olvidas de nuestra aflicción, y de la opresión nuestra? 

 


25

  Porque nuestra alma está agobiada hasta el polvo: Nuestro vientre está pegado con la tierra. 

 


26

  Levántate para ayudarnos, Y redímenos por tu misericordia. 

 


Salmos 45

 

 

 

 

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