La Biblia Reina Valera

Mateo 21

Mateo

Indice

Capítulo 22

1

  Y RESPONDIENDO Jesús, les volvió á hablar en parábolas, diciendo: 

 


2

  El reino de los cielos es semejante á un hombre rey, que hizo bodas á su hijo; 

 


3

  Y envió sus siervos para que llamasen los llamados á las bodas; mas no quisieron venir. 

 


4

  Volvió á enviar otros siervos, diciendo: Decid á los llamados: He aquí, mi comida he aparejado; mis toros y animales engordados son muertos, y todo está prevenido: venid á las bodas. 

 


5

  Mas ellos no se cuidaron, y se fueron, uno á su labranza, y otro á sus negocios; 

 


6

  Y otros, tomando á sus siervos, los afrentaron y los mataron. 

 


7

  Y el rey, oyendo esto, se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyó á aquellos homicidas, y puso fuego á su ciudad. 

 


8

  Entonces dice á sus siervos: Las bodas á la verdad están aparejadas; mas los que eran llamados no eran dignos. 

 


9

  Id pues á las salidas de los caminos, y llamad á las bodas á cuantos hallareis. 

 


10

  Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron á todos los que hallaron, juntamente malos y buenos: y las bodas fueron llenas de convidados. 

 


11

  Y entró el rey para ver los convidados, y vió allí un hombre no vestido de boda. 

 


12

  Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí no teniendo vestido de boda? Mas él cerró la boca. 

 


13

  Entonces el rey dijo á los que servían: Atado de pies y de manos tomadle, y echadle en las tinieblas de afuera: allí será el lloro y el crujir de dientes. 

 


14

  Porque muchos son llamados, y pocos escogidos. 

 


15

  Entonces, idos los Fariseos, consultaron cómo le tomarían en alguna palabra. 

 


16

  Y envían á él los discípulos de ellos, con los Herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amador de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te curas de nadie, porque no tienes acepción de persona de hombres. 

 


17

  Dinos pues, ¿qué te parece? ¿es lícito dar tributo á César, ó no? 

 


18

  Mas Jesús, entendida la malicia de ellos, les dice: ¿Por qué me tentáis, hipócritas? 

 


19

  Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario. 

 


20

  Entonces les dice: ¿Cúya es esta figura, y lo que está encima escrito? 

 


21

  Dícenle: De César. Y díceles: Pagad pues á César lo que es de César, y á Dios lo que es de Dios. 

 


22

  Y oyendo esto, se maravillaron, y dejándole se fueron. 

 


23

  Aquel día llegaron á él los Saduceos, que dicen no haber resurrección, y le preguntaron, 

 


24

  Diciendo: Maestro, Moisés dijo: Si alguno muriere sin hijos, su hermano se casará con su mujer, y despertará simiente á su hermano. 

 


25

  Fueron pues, entre nosotros siete hermanos: y el primero tomó mujer, y murió; y no teniendo generación, dejó su mujer á su hermano. 

 


26

  De la misma manera también el segundo, y el tercero, hasta los siete. 

 


27

  Y después de todos murió también la mujer. 

 


28

  En la resurrección pues, ¿de cuál de los siete será ella mujer? porque todos la tuvieron. 

 


29

  Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis ignorando las Escrituras, y el poder de Dios. 

 


30

  Porque en la resurrección, ni los hombres tomarán mujeres, ni las mujeres marido; mas son como los ángeles de Dios en el cielo. 

 


31

  Y de la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os es dicho por Dios, que dice: 

 


32

  Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. 

 


33

  Y oyendo esto las gentes, estaban atónitas de su doctrina. 

 


34

  Entonces los Fariseos, oyendo que había cerrado la boca á los Saduceos, se juntaron á una. 

 


35

  Y preguntó uno de ellos, intérprete de la ley, tentándole y diciendo: 

 


36

  Maestro, ¿cuál es el mandamiento grande en la ley? 

 


37

  Y Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de toda tu mente. 

 


38

  Este es el primero y el grande mandamiento. 

 


39

  Y el segundo es semejante á éste: Amarás á tu prójimo como á ti mismo. 

 


40

  De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. 

 


41

  Y estando juntos los Fariseos, Jesús les preguntó, 

 


42

  Diciendo: ¿Qué os parece del Cristo? ¿de quién es Hijo? Dícenle: De David. 

 


43

  El les dice: ¿Pues cómo David en Espíritu le llama Señor, diciendo: 

 


44

  Dijo el Señor á mi Señor: Siéntate á mi diestra, Entre tanto que pongo tus enemigos por estrado de tus pies? 

 


45

  Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su Hijo? 

 


46

  Y nadie le podía responder palabra; ni osó alguno desde aquel día preguntarle más. 

 


Mateo 23

 

 

 

 

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