La Biblia Reina Valera

Santiago 1

Santiago

Indice

Capítulo 2

1

  HERMANOS míos, no tengáis la fe de nuestro Señor Jesucristo glorioso en acepción de personas. 

 


2

  Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro, y de preciosa ropa, y también entra un pobre con vestidura vil, 

 


3

  Y tuviereis respeto al que trae la vestidura preciosa, y le dijereis: Siéntate tú aquí en buen lugar: y dijereis al pobre: Estáte tú allí en pie; ó siéntate aquí debajo de mi estrado: 

 


4

  ¿No juzguáis en vosotros mismos, y venís á ser jueces de pensamientos malos? 

 


5

  Hermanos míos amados, oid: ¿No ha elegido Dios los pobres de este mundo, ricos en fe, y herederos del reino que ha prometido á los que le aman? 

 


6

  Mas vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran á los juzgados? 

 


7

  ¿No blasfeman ellos el buen nombre que fué invocado sobre vosotros? 

 


8

  Si en verdad cumplís vosotros la ley real, conforme á la Escritura: Amarás á tu prójimo como á ti mismo, bien hacéis: 

 


9

  Mas si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y sois reconvenidos de la ley como transgresores. 

 


10

  Porque cualquiera que hubiere guardado toda la ley, y ofendiere en un punto, es hecho culpado de todos. 

 


11

  Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no hubieres matado, ya eres hecho transgresor de la ley. 

 


12

  Así hablad, y así obrad, como los que habéis de ser juzgados por la ley de libertad. 

 


13

  Porque juicio sin misericordia será hecho con aquel que no hiciere misericordia: y la misericordia se gloría contra el juicio. 

 


14

  Hermanos míos, ¿qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? 

 


15

  Y si el hermano ó la hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, 

 


16

  Y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y hartaos; pero no les diereis las cosas que son necesarias para el cuerpo: ¿qué aprovechará? 

 


17

  Así también la fe, si no tuviere obras, es muerta en sí misma. 

 


18

  Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras: muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. 

 


19

  Tú crees que Dios es uno; bien haces: también los demonios creen, y tiemblan. 

 


20

  ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? 

 


21

  ¿No fué justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció á su hijo Isaac sobre el altar? 

 


22

  ¿No ves que la fe obró con sus obras, y que la fe fué perfecta por las obras? 

 


23

  Y fué cumplida la Escritura que dice: Abraham creyó á Dios, y le fué imputado á justicia, y fué llamado amigo de Dios. 

 


24

  Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe. 

 


25

  Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fué justificada por obras, cuando recibió los mensajeros, y los echó fuera por otro camino? 

 


26

  Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras es muerta. 

 


Santiago 3

 

 

 

 

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